El otro día empecé a ver el partido de USA contra Cuba por internet, en
un canal de esos con un idioma raro. Quería echarle un vistacillo porque,
contra todo pronóstico, Cuba ganaba por 0-1 muy avanzada la primera mitad y
quizás hubiera una oportunidad interesante de apostar.
Los minutos que estuve viendo el encuentro observé un equipo defensivo,
con muy pocas chispas de ataque y razonablemente ordenados. El equipo rival,
mientras, llevaba el peso del partido, manejaba la pelota con criterio (eso sí,
nada del otro mundo) y colgaba balones al área como principal recurso ofensivo.
Me llamó mucho la atención la cuota a que USA no ganaba el partido, muy
tentadora. Me pareció que a corto plazo podría dar pérdidas pero a largo plazo
resultaría ganadora.
El problema era que no sabía qué equipo era USA y qué equipo era Cuba,
porque las imágenes eran cutrillas y no alcanzaba a ver los nombres, y de la
retransmisión no entendía ni papa.
Así que me dije que siendo USA un equipo muy superior debería ser el que
estaba llevando el peso del partido. Porque si ese equipo que está presionando
es el de Cuba, apostaría seguro. Por otro lado, si el equipo que defiende es el
de Cuba…mmm…me lo pensaré más detenidamente y me aseguraré de que es una buena
oportunidad.
Así que todavía no aposté, estuve mirando el partido hasta que, en un
zoom apareció el nombre de “Gómez” en una de las camisetas azules. ¡Ajá! Ahora
solo tengo que mirar la alineación de Cuba por ejemplo y ver si hay un jugador
llamado Gómez.
Ah, pues sí. Hay un volante en la alineación de Cuba que se llama Gómez.
¡Entonces el equipo que está presionando es el cubano! Vaya, parece que las
casas de apuestas se han columpiado en esta cuota y la han establecido más por
el nombre del equipo que por su juego, así que voy a apostar antes de que la
cuota cambie. Eso sí, con un stake muy controlado, que los datos que tengo son
muy pocos.
Una vez hecha la apuesta, el equipo que estaba presionando hizo una
combinación cerca del área y un defensa contrario tumbó al atacante. Penalty.
¡Estupendo! Con un 0-2 en el marcador la apuesta se ponía muy de cara.
Pero, de repente, hubo otro zoom hacia la cara del atacante que había
sido derribado. ¡Ahí va, pero si ese de ahí es Donovan, el delantero de USA!
Entonces el equipo que estaba presionando era USA y no Cuba. ¡Pero si he mirado
que el jugador Gómez juega en el equipo cubano!
Pues mira qué casualidad, que fui a mirar la alineación de USA y también
había un jugador llamado Gómez.
Donovan transformó la pena máxima y el partido se fue al descanso empate
a 1, aunque en la segunda mitad Cuba no puedo aguantar los empujones de USA y
perdió por 4-1 con lo que la apuesta acabó en rojo.
¿Mala suerte? bueno, es cierto que la cámara enfocó el único nombre que
había en ambos equipos, pero desde luego para otra vez miraré las dos alineaciones.
Se puede encontrar una lectura positiva de esto, y es que nunca me he alegrado tanto de
respetar los stakes.
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