Si has leído las demás entradas del blog ya tendrás claro que cuando un jugador
ocasional apuesta, lo hace por impulsos, sin analizar el mercado o peor aún, apuesta
por su equipo favorito a cualquier cuota.
En cambio, cuando un buen tipster elige una apuesta ha llevado a cabo un
análisis previo.
Cada tipster tiene su forma de operar, pero en términos generales,
podemos decir que la estadística es
una de ellas. En internet hay mucha información de todos los equipos de futbol,
ligas, tenistas, etc. Viendo esa información es bastante sencillo prever
cuántos goles se van a marcar en un partido de futbol o, es más, quién va a
ganar.
En tenis por ejemplo. Sabemos por la información que hemos conseguido en
la web que un tenista suele ganar un 67% de las veces. Sin embargo, el partido
se juega en tierra batida y ahí ese tenista solo gana un 40% de sus encuentros.
Su rival, en cambio, gana solo un 35% de sus partidos, pero casi todos ellos en
tierra batida. Con esta información y alguna más (por ejemplo, el h2h entre
ellos, el histórico que tienen en ese torneo, etc.) podemos ser capaces de
sacar unas cuotas aproximadas.
El problema es que las casas de
apuestas tienen muchos más datos que nosotros y mejores herramientas para determinar una cuota. Es
por eso que es muy difícil encontrar un sistema automático con el que vencer a
la bookie usando solamente la estadística.
Así que otra de las armas que tiene un tipster es su valoración propia de ese partido. Es
decir, el conocimiento que él tiene de ese deporte. El tipster conoce muy bien
tanto el juego de los deportistas como su actual estado de forma, la moral con
la que afrontan ese partido, bajas importantes de un equipo, etc.
Un ejemplo sencillo: hay un torneo de tenis en el que nosotros consideramos
un 40% de posibilidades a que gane un jugador. Miramos en las bookies y ofrecen
la victoria de ese jugador a una cuota de 4,7. ¡Oye, no está mal! Si hacemos la
inversa resulta que las bookies consideran que ese jugador tiene solo un 21% de
posibilidades de ganar ese torneo, bastante menos que lo que nosotros
consideramos. Así que deberíamos apostar.
Pero espera un momento…investigando un poco más resulta que este jugador
acabó su último torneo hace un par de días, tiene un palizón de partidos encima
por lo que lleva cansancio acumulado y además en su último partido tuvo que
pedir la asistencia del fisio porque se lesionó la espalda…pues parece bastante claro que el 40%
que creíamos nosotros no es tal. Pero ¿seguirá siendo rentable apostar por esa
cuota de 4,7? Habrá que pensárselo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario