Cuando una
persona empieza en el mundillo de las apuestas, a no ser que haya tenido la
prudencia de investigar un poco previamente, generalmente queda hipnotizada por
las chiquicuotas de favoritos. Por ejemplo, Barcelona, Madrid, Bayern, los
Manchesters, Chelsea...y se dispone a aprovechar el "regalo" de la
bookie y apostar a favor del "grande".
Ya hemos hablado de ese error en otras entradas. Básicamente se trata de que si apostamos al
equipo muy favorito "a pelo", sin considerar si realmente el precio
que nos ofrece la casa es suficiente, sin duda a la larga iremos
perdiendo nuestro bankroll, ya que estamos entrando en el largo plazo ganador de la casa de apuestas. Y lo que es peor,
seguramente al principio no nos daremos cuenta, ya que al apostar a cuotas muy
bajas, probablemente al principio tendremos una serie de aciertos que nos
producirán una falsa sensación de seguridad
en nuestro sistema de apostar.
Hoy toca hablar
del que para mí es el error "número dos" en la fase de aclimatación
del apostador. Cuando este jugador se da cuenta de que apostando siempre a
grandes favoritos pierde más unidades de las que gana, se decide por un
sistema, ahora sí, infalible.
-Apostamos a que
el favorito gana o empata.
-Apostamos a que
el no favorito gana de un gol, o bien cubriendo algunos marcadores de victoria
del no favorito.
Con lo cuál
tenemos muchísimos resultados abarcados. Si no analizamos nada más, entramos en
una progresión de partidos donde, igual que antes, seguramente enracharemos
varios verdes seguidos con una ganancia muy pequeña (falsa sensación de seguridad, nuevamente) para perder nuestras
ganancias y un poquito más en un partido donde el no favorito gane por más de
un gol, que se da mucho más habitualmente de lo que parece. Especialmente grave
será la caída si apostamos en ligas extrañas (indonesia, singapureña...) donde
no conocemos los equipos, sino que nos ceñimos a la estrategia en sí.
Se trata de
estrategias que la casa de apuestas ya tiene en cuenta. Al igual que una casa
de apuestas no se va a columpiar en las cuotas 1X2 donde apostar a los tres
resultados resulte una pérdida para ellas, tampoco lo va a hacer en
combinaciones más enrevesadas como la del ejemplo anterior. De esta forma no vamos a poder ganar a la bookie.
En cambio, sí que
sería posible ganar mediante una buena elección de los partidos. Por ejemplo,
si nosotros hemos hecho el estudio de un encuentro y consideramos que la
victoria del favorito está infravalorada, según la cuota sería razonable
apostar a su victoria y empate, y quizás, si las cuotas lo merecen y somos
ultraconservadores, apostar a que pierde por un gol, y así hacer una táctica a
raíz de selección de partidos concretos, con nuestros conocimientos del deporte
y equipos, buscando el fallo de apreciación de la bookie y olvidándonos de
"lo imposible que es que se de cierto evento". En apuestas, lo
imposible ocurre varias veces todos los días.
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