martes, 7 de enero de 2014

Dos errores muy típicos de los apostadores novatos



Hoy voy a escribir sobre dos errores que un apostador que no lleve mucho tiempo en esto suele cometer demasiado habitualmente.

1. Marcarse una meta de ganancias diarias/semanales/mensuales...

Al contrario que un trabajador "normal", un inversor de este mundillo nunca podrá saber cómo termina el mes hasta que termina el mes.

Entonces, no se debe "forzar" una cantidad a ganar, porque eso nos generará inquietud y ansiedad. Justo dos de los estados que debemos evitar cuando apostamos. Además de que si no lo conseguimos (y apuesto a que muchas veces no lo lograremos) también nos generará decepción.

Del mismo modo, es muy corriente extrapolar. Si un día ganamos 50 euros nos viene a la mente: "50 x 30 = 1.500 €. Si consigo ganar 50 euros cada día durante un mes conseguiré un buen sueldo". O al menos mayor que la media de los trabajadores de la pobre España.

Una vez más, se debe apartar de la mente este tipo de pensamientos. ¿Qué ocurriría si al día siguiente se pierden 20 €, cosa muy normal? que estaríamos obligados a ganar al tercer día los 50 € diarios + los 50 € que no se pudieron ganar el día anterior + los 20 € que se perdieron para poder seguir el ritmo hasta esa meta de 1.500 €. Muy mala forma de actuar.

2. "Gano esta cantidad y paro".

He visto en internet muchas veces esta "estrategia". Es parecido al punto anterior, aunque es frecuente que la cantidad a conseguir sea muy modesta. Básicamente, lo que el apostador hace es obligarse a ganar una cantidad de dinero bajita diaria (5 € por ejemplo) con su forma de apostar, y no se detiene hasta conseguirlo. Y como hemos explicado en el anterior punto piensa: "de esta forma conseguiré 150 € cada mes, que es un empujón interesante a mi economía".

Muchas veces la estrategia de un jugador con esta forma de pensar consiste en apostar a favoritos con cuotas bajas o combinadas de chiquicuotas (1,05 y similares), con lo cual no es extraño que en un principio sí consiga sus 5 euros diarios, incluso habiendo apostado mal.

El problema es que al tratarse de cuotas muy bajas esto crea una falsa sensación de seguridad al apostador. Cree que lo está haciendo bien porque gana, pero no se da cuenta que a largo plazo está condenado al fracaso.

Pero, independientemente del tipo de forma de apostar, hay una cosa que hay que tener en cuenta: ¿por qué parar de apostar cuando se haya ganado la cantidad que el jugador busca?

- Si la estrategia es ganadora se debe seguir apostando, ya que así aumentarán los beneficios.

- Si la estrategia es perdedora, el apostador va a tardar mucho tiempo en darse cuenta de ello si únicamente hace unas pocas apuestas mensuales.

No digo que no debamos parar para descansar o hacer otras actividades. Al contrario, como habréis leído en este blog, descansar y dejar un tiempo las apuestas de lado es muy bueno. Pero no hablamos de eso. Ese apostador deja de apostar solo porque ha conseguido su meta diaria, y eso es lo que me parece absurdo.

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