La mejor estrategia si hay dudas: no apostar

Supongamos que eres un apostador ya curtido. Has pasado de ser el típico que siempre apuesta al Barcelona o al equipo de sus amores sin mirar siquiera la cuota ofrecida a tener un poco más de cuidado. Ya no regalas el dinero a las casas de apuestas, ahora ya hay un poco más de "pelea".

Eso significa que como mínimo observas el partido al que quieres apostar, la cuota ofrecida por las casas de apuestas y consideras si vale la pena entrar o no.

 

Llegará el momento en que no sepas si conviene apostar o no hacerlo. Por ejemplo, en el partido de liga Granada-Real Madrid, Interapuestas nos daba una cuota de 1,33 a la victoria visitante. Si habéis leído la entrada de cuota y probabilidad sabréis que en este caso el % que la casa de apuestas considera a la victoria del Madrid es del 75,19%.

Entonces, si yo como apostador creo que el Madrid debería pasar por encima del Granada y que tiene nada menos que un 85% de posibilidades de hacerlo, debería apostar. En cambio si opino que el Granada se lo va a poner difícil al Madrid y que este tiene un 60% de posibilidades de victoria, debería mantener mis unidades tranquilas y reservarlas para una inversión más favorable.

Pero, ¿qué ocurre si realmente opino que la victoria del Madrid es de un 75%?

Significa que la cuota está bien puesta, y que apostar a ese resultado es igual que jugar a cara o cruz a una cuota 2. Es decir, a la corta puedes ganar o perder, pero a la larga te vas a quedar igual, lo que para nosotros los inversores es un juego absurdo, por lo tanto la mejor opción es no apostar.

Hay que ir con ojo cuando tenemos dudas de si hemos hecho las cosas bien. Si por ejemplo creemos que el Madrid tiene un 77% de posibilidades de victoria en ese partido pero no las tenemos todas con nosotros (por ejemplo, porque no estemos seguros de si una baja importante va a reaparecer a tiempo), hay que recordar que las casas de apuestas tienen muchas más armas que nosotros para poner una cuota ajustada, y que una vez colocada esa cuota deducen su margen de ganancias, por lo que si encima no tenemos las cosas claras al entrar a una apuesta, es mejor también dejarla pasar y apostar en otro encuentro.